El embarazo y el posparto son momentos clave para llevar a cabo una intervención preventiva ante cualquier factor de riesgo ya que las dificultades en este periodo afectan directamente al desarrollo psicoafectivo del bebé, así como al desarrollo de las capacidades parentales del padre y de la madre.

Ante estas circunstancias, la evaluación y seguimiento realizados por un psiquiatra infantil con experiencia en las dificultades emocionales que sobrevienen en el periodo del embarazo y durante el año posterior al parto es fundamental para el bienestar de la madre, del padre y del recién nacido.

Requieren atención situaciones como:

• Depresión materna o paterna, ansiedad, psicosis posparto.
• Embarazo no deseado, embarazo o parto con complicaciones, negación parcial o total del embarazo.
• Maternidad o paternidad en adolescentes.
• Dificultades en la lactancia.
• Dificultades en la regulación del sueño.
• Vínculo difícil con el bebé, distanciamiento afectivo del bebé.
• Preocupaciones hacia el bebé sin motivo aparente, pensamientos negativos persistentes hacia el bebé.
• Dificultades para investir la maternidad o la paternidad.
• Fallecimiento en el entorno familiar, dificultades de pareja u otras circunstancias familiares estresantes.